viernes, 5 de febrero de 2010

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Hans Christian Andersen (Odense, 2 de abril de 1805 - Copenhague, 4 de agosto de 1875) 

Mi hermana mayor me leyó varios cuentos de Andersen para dormirme, cuando era pequeño. Casi todos conocemos estos cuentos, pero no a su autor:

Nació el 2 de abril de 1805 en Odense, Dinamarca. De una familia tan pobre que en ocasiones hasta tuvo que dormir bajo un puente y mendigar. Era hijo de un zapatero instruido, pero enfermizo, de veintidós años y de una lavandera quien era de confesión protestante. Andersen dedicó a su madre debido a su pobreza La pequeña cerillera, así como No sirve para nada, en razón de su alcoholismo.

Andersen, 1869

Hans Christian mostró una gran imaginación desde temprana edad; la que fue alentada por la indulgencia de ambos padres y la superstición de la madre. En 1816 murió su padre, y Andersen dejó de asistir a la escuela; se dedicó a leer todas las obras que pudiera conseguir, entre ellas las de Ludvig Holberg y William Shakespeare.

Andersen decidió convertirse en cantante de ópera y se trasladó a Copenhague en septiembre de 1819. Una vez allí fue tomado por lunático, rechazado y prácticamente se quedó sin nada; pero hizo amistad con los músicos Christoph Weyse y Siboni y más tarde con el poeta Frederik Hoegh Guldberg.

Su voz le había fallado, pero fue admitido como alumno de danza en el Teatro Real de Copenhague. Perezoso como era, perdió el apoyo de Guldberg, pero hizo amistad esta vez con Jonas Collin, el director del Teatro Real, que sería su amigo de por vida.

El rey Federico VI se interesó en el extraño muchacho y lo envió durante algunos años a la escuela de Slagelse. A pesar de su aversión por los estudios, Andersen permaneció en Slagelse y en la escuela de Elsinor (en danés Helsingør) hasta 1827, aunque más tarde admitió que estos años fueron los más oscuros y amargos de su vida. Collin finalmente consideró acabados sus estudios y Andersen volvió a Copenhague.

El mismo año de 1827 Hans Christian logró la publicación de su poema "El niño moribundo" en la revista literaria Kjøbenhavns flyvende Post, la más prestigiada del momento; apareciendo en las versiones danesa y alemana de la revista.

Al año siguiente Andersen ingresó a la Universidad de Copenhague. En 1829, cuando sus amigos ya consideraban que nada bueno saldría de su excentricidad y vivacidad, tuvo considerable éxito con un volumen llamado "Un paseo desde el canal de Holmen a la punta Este de la isla de Amager".

Andersen fue un viajero empedernido - «viajar es vivir», decía - y escribirá después sus impresiones en los periódicos. De sus idas y venidas también sacó tema para sus escritos.

Exitosa fue también su primera obra de teatro, "El amor en la torre de San Nicolás", publicada el año de 1839.

Para 1831 había publicado el poemario Fantasías y esbozos y realizado un viaje a Berlín, cuya crónica apareció con el título Siluetas. En 1833, recibió del rey una pequeña beca de viaje e hizo el primero de sus largos viajes por Europa.

En 1834 llegó a Roma. Fue Italia la que inspiró su primera novela, El Improvisador publicada en 1835, con bastante éxito. En este mismo año aparecieron también las dos primeras ediciones de Historias de aventuras para niños, seguidas de varias novelas de historias cortas. Antes había publicado un libreto para ópera, La novia de Lammermoor, y un libro de poemas titulado Los doce meses del año.

El valor de estas obras en principio no fue muy apreciado; teniendo por consecuencia poco éxito de venta. No obstante, en 1838 Hans Christian Andersen ya era un escritor establecido.

Andersen fue un gran viajero; el más largo de sus viajes, entre 1840 y 1841, lo llevó a través de Alemania (donde hizo su primer viaje en tren), Italia, Malta y Grecia a Constantinopla. El viaje de vuelta lo llevó hasta el Mar Negro y el Danubio. El libro El bazar de un poeta (1842) donde narra su experiencia. Es considerado por muchos su mejor libro de viaje.

Mientras tanto, la fama de sus cuentos de hadas había ido creciendo. Comenzó a escribir una segunda serie en 1838 y una tercera en 1843, que apareció publicada con el título Cuentos nuevos.

Hans Christian Andersen, 1835

Entre sus más famosos cuentos se encuentran «El patito feo», «El traje nuevo del emperador», «La reina de las nieves», «Las zapatillas rojas», «El soldadito de plomo», «El ruiseñor», «La sirenita», «El ave Fénix», «La sombra», entre otros. Han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados a obras de teatro, ballets, películas, dibujos animados, juegos en CD y obras de escultura y pintura.

Andersen se convirtió en un personaje conocido en Europa, a pesar de que en Dinamarca aún había quienes con desgana lo aceptaban. Sus obras, para ese tiempo, ya eran traducidas al francés, al inglés y al alemán. En junio de 1847 visitó Inglaterra por primera vez, resultando dicho viaje ser todo un éxito. Charles Dickens lo acompañó en su partida.

Después de esto Andersen continuó con sus publicaciones, aspirando convertirse en novelista y dramaturgo, lo que no consiguió. De hecho, Andersen no tenía demasiado interés en sus cuentos de hadas, a pesar de que será justamente por ellos, por los que es apreciado hoy en día. Aun así, continuó escribiéndolos y en 1847 y 1848 aparecieron dos nuevos volúmenes. Tras un largo silencio, Andersen publicó en 1857 otra novela: "Ser o no ser". En 1863, después de otro viaje, publicó un nuevo libro de viaje, en España, país donde le impresionaron especialmente las ciudades de Málaga (donde tiene erigida una estatua en su honor), Granada y Toledo.

Cualquier tema le bastaba para levantar un cuento, un poema o una pieza teatral. "El soldado" se lo inspiró un soldado español de los que Napoleón envió a Dinamarca. Aquel muchacho le sonrió al niño que era Hans, lo cogió en brazos y le dio a besar una medalla de la Virgen que llevaba al cuello, hecho que no hizo mucha gracia a su madre, ya que la familia era cristiana protestante; sin embargo, Andersen nunca olvidó la atención y la simpatía de aquel hombre, salvándolo del olvido con la composición citada que fue musicalizada por Robert Schumann y Edvard Grieg.

Una costumbre que Andersen mantuvo por muchos años, a partir de 1858, era narrar de su propia voz los cuentos que le volvieron famoso.

Sus cuentos para niños continuaron apareciendo hasta 1872, cuando las últimas historias fueron publicadas en navidad. Durante la primavera de ese año, Andersen sufrió una caída desde su propia cama, lo que le produjo heridas graves. Nunca volvió a recuperarse del todo, y el 4 de agosto de 1875 murió en la casa llamada Rolighed, cerca de Copenhague donde está enterrado.
Reconocimientos [editar]

Hans Christian Andersen recibió en vida muchos honores. En 1866 el rey de Dinamarca le concedió el título honorífico de Consejero de Estado y en 1867 fue declarado ciudadano ilustre de su ciudad natal. En su honor, desde 1956 se concede, cada dos años, el premio Hans Christian Andersen de literatura infantil y, desde 1966, también de ilustración.

En 1976, el Astrónomo Nicolai Chernykh bautiza en honor a este escritor al asteroide 2476.

Las ediciones de Andersen se cuentan por miles. Destacamos:


Cuentos completos, Anaya, 2005; Cátedra, 2005.
El cuento de mi vida, De la Torre, 2005, autobiografía.
Viaje por España, Alianza, 2005.
El improvisador, Nórdica, 2009, novela.

fuente.wikipedia

Cuentos on-line de andersen:

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/andersen/hca.htm

jueves, 4 de febrero de 2010

el mo software v.2.0.8

Windows Mobile 7 y el dudoso futuro de Microsoft en el móvil

El retraso con el que Windows Mobile 7 está llegando al mercado podría convertir a Microsoft en el primero en caer en la carrera hacia la concentración de plataformas móviles. Si bien había voces que apuntaban a "gran anuncio" en el Mobile World Congress, las últimas informaciones apuntaban a 2011 como fecha de lanzamiento, un retraso terrible si pensamos que hace dos años que se viene hablando del sustituto actual de Windows Mobile 6



El mayor problema de Microsoft con Windows Mobile 7 no es arreglar un sistema que a día de hoy ofrece una experiencia de usuario por debajo de los estándares del mercado (se salvan algunos últimos lanzamientos como el HTC H2), en ese aspecto es posible que las funcionalidades rumoreadas lo conviertan en una alternativa aceptable, el mayor problema es "arreglar su modelo". Windows Mobile ve como la irrupción de Android no es sólo un desafío técnico, supone además un sistema por el que los fabricantes no tienen que pagar licencia y además ganan dinero por comisión en las búsquedas de los usuarios. En el otro lado tenemos los sistemas controlados por fabricante, con RIM, Apple y - hasta cierto punto - Nokia, que en global crecen en el mercado y no optan a utilizar Windows Mobile.

Siendo así, Microsoft no sólo lo tiene complicado para que 2010 sea un nuevo año de bajada en el mercado de Windows Mobile, tiene complicado que su modelo de cobro por licencia se mantenga directamente mucho más tiempo... y a día de hoy les veo más cerca de intentar crear su propio terminal (a lo iPhone, controlando hardware + software) que redefiniendo el negocio de Windows
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fuente.www.error500.net